FEMINICIDIO
Porque te quiero ... te mato de amor

Hoy les hablaré sobre un tema que causo mucha conmoción en mí, sólo por el simple o mejor complicado hecho de ser mujer. El FEMINICIDIO, palabra que llamó mi atención porque me topé con la siguiente pregunta ¿Será que a las mujeres nos matan porque nos aman? O es que se acepta aquel dicho popular “Porque te quiero te aporreó”. Ignorancia e impunidad, palabras que vienen a mi mente al leer esto, por eso me tome el tiempo para indagar sobre este tema.
En Colombia son asesinadas aproximadamente 1.250 mujeres al año, todas por ser mujeres. Pero se preguntaran que es feminicidio o femicidio, pues es el asesinato de una mujer, motivado sólo por el hecho de ser mujer, es además calificado como la máxima expresión de violencia, sin ninguna razón, sólo la discriminación y violencia de género. Según algunos esto es debido al sexo débil, según otros por la falta de tolerancia y respeto en la sociedad, para mí, esto se debe por el imaginario falocentrista en el que vivimos ahogados todos cada día.



Es lamentable que no se denuncien estos maltratos, por temor al agresor, por desconfianza a la Ley, que en la mayoría de veces no ampara y deja todo en las manos de la impunidad. Apelo esto porque no somos, y me incluyo puesto que soy mujer, reconocidas como personas civiles con derechos iguales que cualquiera, y lo más triste es que el lugar más peligroso es nuestro propio hogar, porque es ahí donde se desprenden miles de batallas diarias, tanto físicas como emocionales y sexuales, por parte del machismo que aún en el siglo XXI, sigue viéndose tan marcado.
Los asesinatos hacia las mujeres, significa que se está ejerciendo un poder sobre las mismas, sobre su “condición de inferioridad”, estamos siendo oprimidas, fastidiadas y dañadas, ¿dónde queda nuestra integridad personal? Hay que poner un alto porque nuestro cuerpo y nuestra mente son un territorio de paz, de amor y de vida, ya no podemos seguir perseguidas y aterrorizadas por el maltrato y violencia intrafamiliar y social. Alcemos nuestra voz y nuestra fuerza, no más violencia, no más daño.